¡Buenos días, tardes o noches, generales!
Hoy damos el pistoletazo de salida a la publicación de los tres relatos ganadores del IV torneo Batalla por Maisontaal (o «de», a vuestro gusto, porque nosotros lo cambiamos siempre), porque pocas cosas molan tanto como un trasfondo bien escrito y porque queremos que otras personas puedan disfrutar de la creatividad de nuestros jugadores.
Pero antes de entrar en materia, me gustaría dejaros aquí el enlace al último vídeo que han subido los compañeros de Moria Wargames, donde tengo el honor de enfrentarme a Garvec con su precioso ejército de las Tierras del Sur. Una partida donde las risas estuvieron aseguradas, y que recuerdo con el mayor de los cariños porque me lo pasé de diez... ¡Una pena que ahora me esté muriendo de vergüenza! No se me da bien aparecer en pantalla, ¿qué le vamos a hacer? Os agradecería mucho que le diérais al like fuertemente y que comentárais, porque hace una enorme labor por la comunidad de sexta y eso siempre es de agradecer.
Y volviendo a lo que nos concierne, aquí os dejo con el tercer puesto: Paco, de Abades de Maisontaal, que conquistó nuestros corazones con su ejército de ogros pirata (ya que también se llevó el premio a ejército mejor personalizado) y logró entrar en el ranking de relatos gracias a su saloma.
...Aunque tenía una maquetación mucho más bonita que la forma en la que lo vamos a presentar aquí, ¡lo siento mucho! El formato de este blog da para lo que da y, por el momento, no tenemos el dinero suficiente como para fundar nuestro propio periódico warhammero digital.
Pero todo se andará, ¿no? Y mientras que esperamos a que nos sonría la suerte (o nos toque la lotería, lo mismo da), os enseñamos este trasfondo tan original que le valió un bronce en la clasificación de trasfondos. Como nota importante, es recomendable que lo leáis con esta canción de fondo para sentir la verdadera magia de la historia.
Esta es la saloma que le escuché a un pequeño gnoblar con pata de palo en una maloliente tasca del puerto de Sartosa, el pobre diablo no duró más de 3 horas en un sitio como ese, pero es definitivamente meritorio como un ser tan estúpido pudo aprenderse de memoria una canción tan compleja para su pequeño cerebro y más remarcable es que la cantara con tanta gracia mientras marcaba el ritmo con una jarra de grog con buen ritmo, la canción recita así:
¡Aye, aye, Grongud gran tragón!
El mar lo teme por su ambición,
grande y tonto como un peñascal,
su enorme eructo es un vendaval.
De cañones gigantes, su barco argó,
con cada disparo el cielo rompió.
Las olas temblaban al fuego lanzar,
y ningún enemigo le consiguió abordar.
¡Aye, aye, el capitán papeo trae!
Merwyns y krakens en la olla caen,
comen como reyes, saquean sin fin,
y su barriga crece con cada festín.
Un día Grongud, con gran valentía,
se enfrentó a un cangrejo de furia fría.
gigantesco y duro como una roca,
pero Grongud, no cedió la popa.
¡Aye, aye, Grongud lo domó!
A cabezazos, al cangrejo venció,
ambos tercos y rudos por igual,
ahora navegan juntos, ¡qué dúo tan genial!
Con cada puerto saqueado y cada ron bebido,
su tripulación le sigue, aunque sin sentido,
Ground manda, pero nadie obedece,
solo su panza, al viento crece.
¡Aye, aye, rey sin control!
Con eructos que sacuden cada atolón,
su panza gigante tiembla al navegar,
pero sus planes nadie puede descifrar.
Sus piratas, gordos y bravos marinos,
cada uno más grande que un molino,
con ron en la mano y fuerza sin fin,
cantan y pelean de festín en festín.
¡Aye, aye, el mar retumbará!
Grongud y su panza, nada lo parará.
Monstruos, ron y tesoros hallarás,
y en cada puerto su leyenda crecerá.
Las balas de cañón al viento surcaban,
mientras los gordos piratas reían y bailaban,
ningún enemigo podía aguantar,
su salvaje arremetida sin par.
Un día Grongud, alzo la mano,
miró al horizonte, buscando lo arcano,
¡Si p'allí están las grandes Fauces, otro boquete habrá!
Pues todo lo que entra, ¡por algún lado saldrá!
¡Aye, aye, se cargó el timón!
Grongud sigue con su absurda misión,
monstruos y pelea no faltan,
y su panza gigante ni el mar lo aguanta.
¡Aye, aye, rumbo perdido!
Grongud no sabe hacia dónde ha ido,
busca las Fauces, en el fin del océano,
nunca acaba su peregrinaje predestinado.
¡Aye, aye, Grongud, rey sin par!
Grandes puños, el terror del mar.
Saquea el ron, los krakens espanta,
mientras su tripulación ríe y lo aguanta.
Una pasada de trasfondo, muy merecido 👏👏
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