I Encuentro Ruralhammer (con Málaga WaaaghGames)

    ¡Buenos días, tardes o noches, generales!

    (O buenas noches, tardes o días, en el orden que más os guste).

    ¿Recordáis cuando comentaba en mi entrada anterior que en Abades no tenemos término medio? O hacemos una entrada cada muerte de obispo (o de abad, jaja), o publicamos una entrada semanal para compartir con vosotros la nueva locura en la que nos hemos embarcado.

    Aunque, en esta ocasión, no hemos sido exactamente nosotros los que nos hemos liado la manta a la cabeza: nuestro amigo y traidor asur Erik ha ofrecido su casa para darnos la oportunidad de sacar nuestros ejércitos a pasear y darnos cera los unos a los otros, como buenos coleguitas que no se deben dinero.

    Desde este rinconcito apartado de Internet te damos las gracias por tu hospitalidad con esta manada de salvajes; que los de Málaga WaaaghGames tienen excusa porque zon orkoz fuertez machaka-kozaz, pero se supone que nosotros somos un caballero y una damisela de Bretonia (¿de qué arca negra aparcada en la puerta estás hablando? Yo no sé nada...).

    Antes de entrar en materia os enlazo a una publicación del Instagram de Málaga WaaaghGames, donde podréis encontrar una recopilación de fotos de tan bonito día, y también aprovecho para enlazaros a su canal de YouTube, donde podéis ver lo bien que nos lo pasamos. ¡Dadle mucho amor, que se lo merecen! Además, como parece que estos chicos nunca paran, también han anunciado la fecha de su próximo torneo: 22 de febrero, coincidiendo como el año pasado con las Hispania.

    Dicho esto: let's go!

    En este hobby son tan importante los torneos como las tardes de pachanga con los amigos, y este pasado sábado tuvimos la suerte de que nuestros compañeros de Málaga nos invitaran a pasar un día de campo y Warhammer, inaugurando así el primer (espero que de muchos) encuentro Ruralhammer. La verdad que no queda mucho que decir teniendo en cuenta que os he «destripado» el contexto en la introducción, pero una buena reportera sigue al pie del cañón a pesar de los jardines en los que ella misma se mete.

    Era un encuentro sin reglas especiales ni historias, la única norma que habíamos puesto es que tenía que ser un ejército a 1500 para que las partidas no fueran demasiado extensas (spoiler: sale mal) y que jugábamos a sexta pura sin añadidos.

    Uno de nuestros inconvenientes principales siempre ha sido madrugar; nos cuesta mucho porque Tono vuelve de trabajar a las cinco de la mañana, lo que no suele ser del todo compatible con los horarios de torneo, pero en esta ocasión teníamos un poco más de manga ancha con la hora de llegada. Como el pueblo estaba donde Teclis (o Tyrion) perdió la sandalia, nos costó un poquito encontrar el sitio a pesar de contar con la ayuda del GPS.

    También puede que sea que nosotros no sabemos seguir las simples indicaciones de un GPS pero, ¿quién le echa la culpa a un dispositivo electrónico cuando tenemos la niebla mágica de Ulthuan a mano? Nadie en su sano juicio, eso os lo aseguro yo.

    Mis dos posibles rivales, Mario con sus pieles-verdes y Jairo con sus enanos, habían sido poseídos por el ansia viva de jugar y estaban «moñeándose» muy a gusto. ¿Puede que estuvieran deseando partirse la cara como buenos rivales, trasfondísticamente hablando? Yo prefiero creer que era porque tenían miedo de los corsarios de Karond Kar, mucho más guapos y altos que ellos.

    Entonces, como los Abades de Maisontaal no nos caracterizamos por tener muchas luces, pensamos: «¿y por qué no hacemos un dos contra dos?», y aunque 3000 puntos por lado de la mesa no presagiaba que fuera a ser una partida rápida, creo que lo pasamos estupendamente bien a pesar de que nos quedáramos con las ganas de vernos con otros rivales.

    La alianza entre enanos (Tono) y elfos oscuros (de una servidora) era tan inverosímil como la combinación de elfos oscuros (Sonia) y Reyes Funerarios (Chico) que teníamos en frente pero, ¿qué mejor manera de aprender que compactar la información de tres ejércitos en una sola partida? Muchas, probablemente, y Sonia demostró ser una auténtica campeona sin miedo al éxito.

    Era mi primerísima vez enfrentándome a Reyes Funerarios, lo que me vino bastante bien para dos cosas: la primera (y más obvia), hacerme una idea de cómo funcionan en mesa, y la segunda, admirar mucho más a los generales que se atreven a llevar este ejército porque me parece que tienen una curva de aprendizaje bastante pronunciada.

No tengo fotos del despliegue, así que habrá que conformarse con esta

    El primer turno fue para el bando de druchiis enanos, y nuestro plan inicial se basaba en disparar con todas las máquinas de guerra que teníamos a nuestra disposición (dos lanzavirotes y un cañón órgano por parte de Tono, y dos lanzavirotes destripadores por la mía) a las suyas para intentar quitarnos esa amenaza a nuestros apoyos; la verdad es que no nos fue del todo mal, y salvo algunos movimientos estratégicos para recolocar cosas según nuestro criterio, nuestro turno pasó sin pena ni gloria. Para el bando de druchiis funerarios, fue más o menos el mismo pero con mucho más éxito y unas tropas que comenzaban a presionar el frente. En su fase de magia evitaron que la unidad de atronadores pudiera disparar (poco se habla del viento gélido y lo bien que sirve para esos momentos), y la mano rotísima de Sonia dejó a uno de los lanzavirotes druchii fuera de juego.

    En nuestro segundo turno tratamos de avanzar un poco más, aunque seguíamos con la misma suerte en disparo de máquinas de guerra (es decir, ninguna). Tanto atronadores como ballesteros elfos oscuros comenzaron a «picotear» algunas unidades de apoyo, y el cañón órgano se unió a la fiesta hiriendo al regimiento de carros donde estaba el príncipe funerario. La catapulta de Chico aguantó como una auténtica campeona, pero la verdad es que no conseguimos hacer el daño suficiente como para conseguir quitarla de en medio.

    Cuando fue el turno de nuestros contrincantes temblamos de miedo ante la terrible (para nosotros) mano de Sonia, que consiguió acabar con mi otro lanzavirotes (no hicieron absolutamente nada en la partida, los pobres...) y se comieron con patatas a dos miembros de la dotación del cañón órgano. El escorpión asesino hizo acto de presencia y se encontró de frente con mis aguerridos corsarios: su objetivo era liquidar al noble elfo oscuro que estaba dentro de la unidad, pero no tuvo tanta suerte como la que había tenido Sonia y solo le hizo una herida, a lo que respondieron en manada y el pobre acabó esperando a una muerte inevitable en el turno tres.

    La mitad de mis arpías murieron, no recuerdo exactamente cómo porque me impactó demasiado, y la otra mitad acabó huyendo tras un chequeo de liderazgo fallido (...ay). Me dolió especialmente porque me había pasado todo el turno anterior pensando qué hacer con ellas, pero era la hora de la barbacoa e hicimos una pequeña pausa para ahogar las penas en el guacamole de Jairo (¡de las cosas más ricas que he probado nunca!) y toda la carne que tanto Eric como Mario habían comprado (millones de gracias por el esfuerzo, chicos).

    Tras llenar las barriguitas y fregar los platos, porque ante todo somos personas educadas, ¡retomamos nuestra macro-partida! Yo volví con muchas ganas, especialmente de mover a mis arpías, porque se me había quedado en la cabeza los movimientos que había planeado hacer con ellas. Pero la mitad habían muerto, y la otra mitad se habían ido del campo de batalla, así que solo me quedaba lamentar sus pérdidas.

    Yo quise volver con muchas ganas a mover a mis arpías porque me había pasado todo el turno pensando en dónde iban a ir, y en la comida se me olvidó que habían muerto-huido, y me quedé con las ganas de moverla. Pero todavía quedaban en pie mis caballeros gélidos, que cargaron a un frente de arqueros esqueleto sin miedo ninguno, y uno de mis valientes carros, que se enfrentaba en combate a una carga por el flanco de una caballería ligera esquelética. ¡Estaban muy animados! Los rompehierros cargaron a una unidad de lanceros elfos oscuros, y los martilladores frenaron la carga de un grupo de elfas brujas sedientas de sangre con la runa de la lentitud para cargar ellos, con tan mala suerte que... Bueno, ¡ya lo veréis!

    Warhammer a veces te sorprende, y lo que los dados te dan, también te lo pueden quitar.

    La magia se mantuvo en equilibrio, pues nadie consiguió hacer gran cosa al otro entre dispersiones y hechizos que no salían. ¡Mención especial a las hechiceras elfas oscuras, que en ningún momento disfuncionaron a pesar de que no paraban de lanzar magia! Unas reinas, sin lugar a dudas, aunque no se podía esperar menos de la raza más civilizada del mundo.

    Entre atronadores enanos y ballesteros elfos oscuros (que ya han demostrado ser una unidad en la que puedo depositar toda la confianza del mundo) consiguieron liquidar la unidad de carros del príncipe funerario, contando además con el apoyo del cañón órgano. Los gélidos consiguieron romper la línea de arqueros y, por arrasamiento, se plantaron frente a los ballesteros elfos oscuros de Sonia y la catapulta que tan poco me gustaba, ¡pero llegaron hasta la otra punta de la mesa! Y se merecen un aplauso enorme, porque creo que esta es una de las mejores partidas que han hecho mis chiquillos.

    El carro elfo oscuro que había sobrevivido a una carga frontal de una caballería «pesada» de esqueletos pudo quitárselos de encima, y cargó contra un hierofante despistado con tan mala suerte de que lo estampó contra la casa que tenía detrás. Ahí fue el momento en el que pensé que los Reyes Funerarios podían desmoronarse, pero no, superaron chequeos de liderazgo porque también son unos campeones y teníamos que mantener la emoción hasta el final.

    Entre atronadores, ballesteros elfos oscuros y cañón órgano consiguieron liquidar la unidad de carros del príncipe funerario. Los gélidos elfos oscuros lograron romper la línea de arquero y por arrasamiento se plantaron contra los ballesteros / catapulta y llegaron a la otra punta como campeones. Creo que es una de las mejores partidas que me han hecho. El carro elfo oscuro que había sobrevivido a la carga frontal de caballería "pesada", cargó contra un hierofante despistado y lo estampó contra una cosa. Lo aplastó por impactos con carga. Y claro, ya se empezó a desmoronar.

    ¿Recordáis a los martilladores que he mencionado anteriormente? Sacaron tal cantidad de unos a la hora de herir que la resolución de combate acabó con un empate como una casa de grande. Un día triste para los martilladores, que volvieron a casa un poquito cabizbajos... Los rompehierros tuvieron mucha más suerte, arrasando la unidad contra la que habían cargado y presentado amenaza contra la unidad de caballeros gélido que había por ahí. Las elfas brujas saldaron cuentas con ellos, haciendo dos bajas, pero los chicos no se querían volver con las manos vacías y acabaron ganando un duelo contra la suma sacerdotisa, que no sirvió de mucho porque las tías superaron sin problemas el chequeo de desmoralización.

    Y aunque los dos bloques de infantería no muerta avanzaban sin miedo hacia nuestra línea de despliegue, la partida tuvo que ser interrumpida porque nos estábamos quedando sin luz. ¿Hay algo más romántico que una partida doble a la luz de la linterna de un teléfono? No lo creo, y por ello os presento la foto más épica que nunca me han sacado jugando Warhammer:

Cuando decía que era épica, no mentía

    No contamos puntos de victoria ni tampoco interesaba, puesto que nos lo habíamos pasado maravillosamente bien, que era el objetivo final de este encuentro.

    Antes de despedirme me gustaría volver a darle las gracias a Eric por su hospitalidad y a los asistentes porque siempre es un placer volver a verlos para contarnos nuestras batallitas. También a Lorena, por unas galletas de chocolate riquísimas y su simpatía, y a sus dos hijos, que fueron sin lugar a dudas la alegría del día. Al tío de Eric, por aceptar a un grupo de locos que aparecieron de la nada con un montón de «moñecos», tapetes y escenografía, y a Rayo, un perrito ejemplar que estuvo cuidando de nosotros para que las lagartijas no perturbaran nuestra partida.

    ¡Muchas gracias por leer, y nos vemos en la siguiente entrada!