¡Buenos días, tardes o noches, generales! Mi nombre es Alba y, mientras esperáis con paciencia a que reseñas de otros torneos se vayan fraguando o desgranemos alguna de nuestras listas en un análisis, os traigo un poco de lectura ligera para amenizar la espera.
Todos sabemos que Warhammer es un hobby que te obliga a ser un aficionado polivalente; hay jugadores para los que pintar es un mero trámite, y pintores para los que jugar tiene como objetivo final el poder enseñar su ejército al mundo. Otros están más centrados en crear una estética única a base de esquemas de color inusuales o conversiones (o marcas alternativas) que los haga destacar, y también están aquellos que se decantan por crear historias épicas detrás de sus huestes.
Y, tengas más o menos talento, uno acaba picando un poco en todos lados.
Por eso quiero presentar en este humilde blog mi relato, que ganó el 3º puesto en el III Torneo de Minas de Almadén (¡doble tres! Eso tiene que ser una señal...) organizado por Las Tablillas Sagradas. Tuvo lugar el primer fin de semana de este mes, y representamos al sur junto a los compañeros de Málaga Waaghgames (Bollo, nuestro Rey en el Sur y Chico) y los chicos de Granada (Adrián y mi padre Pelli).
Gracias por leerme, ¡y nos vemos en comentarios!